domingo, 26 de septiembre de 2010

El último Boy Scout

La vida de Joe Hallenback era una mierda, había perdido su empleo, todos le repudiaban, su mujer le ponía los cuernos con su mejor amigo y su hija no le respetaba. Su carácter no era fácil, desde luego, pero ¿cómo había llegado a este punto? ¿Por qué le habían despedido? Por ser honrado. Por no admitir las corrupciones y los abusos de alguien importante. Había sido un héroe antes, un gran policía con una trayectoria impecable y honorable, pero de nada había servido. No había evitado su caída en desgracia. Y ahí viene lo importante: después de ver cómo su honradez le había traicionado ¿cómo reaccionó? ¿Se pasó al lado oscuro? ¿Pensó "que le den", y olvidó sus principios, aquello que "estaba bien"? No, siguió siendo él. Sin que le reportase ningún beneficio. Viendo cómo su jodido "superyo", su moral, aquello que debía ser hecho, le privaba de todo aquello que los demás tenían y le conducía a la soledad. Porque no se trataba del fin, sino de los medios. Porque no todo vale. Porque se la traía floja que el resto del mundo estuviera podrido y sin principios. Porque no era ningún santo, era un tipo duro, malhablado, a veces desagradable y bastante antisocial; pero sí era un boy scout, era mejor que ellos, mucho mejor. Y porque valía la pena ser distinto y ser mejor. Y cuando el mundo se fuera al carajo, hundido por los meapilas, los cobardes, los egoístas, las sanguijuelas, los pichaflojas, los pirados y los imbéciles, él podría levantar la cabeza y pensar "yo no la he cagado, no me he vendido, no me he rendido, no he hecho daño a los demás, yo he hecho lo que tenía que hacer, he luchado porque este mundo fuera más justo, más habitable". Y con eso basta para ser feliz... y para hacer feliz a quien esté dispuesto a serlo. Cuando menos a Dios, sí.


Yo no soy Joe Hallenback. En realidad mi nombre y mi vida importan poco. Sería injusto si me quejase de lo que soy o de lo que tengo, pero sí tengo claro que si fuese como la mayoría, mi vida sería mucho "mejor", al menos según los parámetros que los demás consideran. Si estuviese dispuesto a mentir, a venderme, a trepar, a aprovecharme de otros... tendría más "amigos", más "novias", un mejor sueldo... pero ese no soy yo, y no quiero serlo. Porque soy diferente y quiero ser mejor. Con eso tengo suficiente. Y porque sé que no estoy solo, que Joe Hallenback es uno de los últimos boy scouts, pero no el último. Hay más ahí fuera. Y sobre todo, puede haber muchísimos más. Su ejemplo vale la pena. Para eso creo este blog. Para mostrar aquellas personas y aquellos actos que no suelen aparecer en los medios y que a todos nos deberían inspirar. Para eso, y para desahogarme de tantas cosas que creo que alguien debería decir y nadie dice. Nada más y nada menos. No tengo mayores ambiciones, porque solamente con que una persona me escuche, habrá valido la pena.

No hay comentarios: